“…Actualmente, el wolframio (W) es considerado como una de las alternativas más robustas para cumplir la función de PFM, debido a su elevado punto de fusión (3695 K) y su conductividad térmica (aproximadamente 160 W m -1 K -1 ), bajo coeficiente de sputtering y baja retención de tritio [12,14,[26][27][28][29]. Sin embargo, las condiciones de operación (típicamente, de flujos de partículas superiores a 10 19 cm -2 s -1 ) suponen todo un reto para la aplicación de este material, tanto por consideraciones termomecánicas [30] como atomísticas, siendo estas últimas de mayor relevancia al ser responsables de una miríada de efectos perjudiciales, como agrietamiento, hinchamiento, exfoliación, y, bajo ciertas condiciones, el crecimiento de nanoestructuras superficiales de baja densidad conocidas globalmente como "fuzz" [31][32][33][34][35][36]. Estos efectos atomísticos tienen su origen en la nucleación de especies ligeras, productos de la reacción de fusión (tales como hidrógeno, deuterio, tritio y helio) en defectos puntuales, capaces de erosionar la superficie del PFM, o de implantarse en su seno, donde tienden a nuclear en otros defectos [29,31,[37][38][39][40].…”