“…No solo por falta de capital económico, sino también por los mecanismos expulsivos que imperan en el mercado inmobiliario, que a menudo se conjugan con trayectorias laborales informales, formas precarizadas de ciudadanía, racismo, xenofobia y falta de políticas habitacionales integrales. Estudios en diversas ciudades de América Latina han observado que los migrantes tienden a concentrarse en espacios segregados, informales y/o tugurizados (Contreras Gatica et al, 2015;Gatica & Calorio, 2015;Molinatti & Peláez, 2017;López-Morales et al, 2018), a padecer con particular crudeza el déficit y la precariedad habitacional (Marcos & Mera, 2018;Mera, 2020) y a desarrollar estrategias de autoproducción del hábitat como modo de hacer efectivo su derecho a la ciudad (Matossian, 2010;Baeza, 2015;Vaccotti, 2017;Magliano & Perissinotti, 2020).…”