“…En el campo de la educación, al igual que en muchos otros, conforme las tecnologías progresan, los procesos para interactuar también lo hacen, de ahí que el ser humano se encuentre inmerso en una dinámica de cambio constante (Ballesteros y Bernal, 2016). El uso de la tecnología dentro de las aulas de clase en cualquier nivel educativo debe ser un apoyo para las dificultades de aprendizaje que el estudiante posea, sin perder de vista que el aprendizaje y el conocimiento a adquirir deben ser el eje sobre el que las actividades educativas giren, y no la tecnología en sí misma (Rubio, Cabero, Leiva, Moreno, Barroso y López, 2016).…”