“…No obstante, ha sido demostrado el incremento progresivo en la incidencia de metástasis óseas en el seno de dos cohortes históricas de CHC (desde un 4,5% en el periodo 1978-87 hasta un 12,9% en el periodo 1988-97), atribuido a la mejoría experimentada a lo largo de las últimas déca-das en el pronóstico de la enfermedad (3). No obstante, resulta infrecuente en la práctica clínica establecer el diagnóstico del CHC a partir de la concurrencia de metástasis óseas como manifestación inicial del mismo (4)(5)(6)(7)(8)(9)(10). Mayoritariamente, dicha presentación aparece vinculada en la literatura a cierto grado de compromiso medular secundario a afectación vertebral (5,6,8,9).…”