“…Para conciliar la meta ética de asegurar empleo con la meta de asegurar ingreso, se requiere que el Estado benefactor ofrezca un ingreso mínimo mayor a quien trabaja que a quien permanece inactivo (Sinn, 2008) El Estado benefactor asigna fondos a condición de que el beneficiario no trabaje a cambio de una remuneración El Estado, mediante estas ayudas, retira gente del mercado laboral para integrarla al sector público pero no como funcionario pagado, sino como un receptor de dinero que está impedido de trabajar en forma remunerada, pues si lo hace pierde el subsidio (Sinn, 2008) El empleado alemán desea que su salario en el sector privado sea superior al salario de reemplazo que le paga el Estado Al mismo tiempo, el empleador desea que el salario sea inferior a la productividad de ese trabajador Como resultado de ambas desigualdades, no existen empleos para aquellos ciudadanos cuya productividad laboral es inferior al salario de reemplazo ofrecido por el Estado Estas desigualdades explican lo que ocurre en el mercado laboral alemán respecto de los trabajadores de menor productividad: el subsidio de cesantía alemán es un destructor de empleos (Sinn, 2008) Una comparación entre 1975 y 2005 hecha por Sinn ( 2008) muestra las tasas de desempleo para distintos niveles educacionales entre 1975 y 2005 No se observan grandes variaciones entre las personas con título universitario, pero entre aquellas que han completado sus programas de capacitación técnica, la tasa de desempleo casi se duplicó durante ese periodo, aunque sólo llegó a 7.4% en 2005. Pero la situación para los trabajadores no calificados -que carecen de capacitación técnica-fue muy diferente, pues su tasa de desempleo aumentó en cerca de 18 puntos porcentuales durante esas tres décadas (Sinn, 2008) En el caso alemán, en una primera etapa las fuerzas del mercado tendrían que haber hecho converger las cifras de productividad, dejando para una segunda etapa la convergencia de los salarios Este orden temporal era necesario debido al déficit inicial de Alemania Oriental en maquinaria e infraestructura moderna, y cubrir ese déficit tiene costos de transición que tendrían que ser financiados mediante un excedente de la productividad por sobre los salarios Sin embargo, sucedió todo lo contrario: los políticos decidieron aumentar primero los salarios y luego la productividad (Sinn, 2008) El Estado benefactor comenzó a pagar salarios que fluctuaban entre 60% y 85% del nivel aplicado en Alemania Occidental En dichas circunstancias, la opción de pagar salarios bajos sencillamente deja de existir, porque el trabajador siempre puede dirigirse a una oficina del Gobierno para pedir apoyo, en lugar de trabajar a cambio de un salario bajo (Sinn, 2008) Un factor adicional: donaciones Éstas hacen que se consuma más de lo que se produce. También, si otros países prestan o financian inversiones físicas dentro del territorio, hay más recursos para gastar En Alemania Oriental la producción propia (pib) alcanza sólo a 287,000 millones de los 416,000 millones de euros De la diferencia, 98,000 millones de euros corresponden a transferencias fiscales netas desde Alemania Occidental a Alemania Oriental, por la vía del presupuesto federal De esta forma sus habitantes pueden Alemania y México: generación de valor más allá de los salarios consumir mucho más de lo que producen (Sinn, 2008) Afortunadamente Alemania Occidental es un país rico: la donación equivale a 4 5% de su pib, de modo que puede financiarla sin sufrir demasiado …”