A mediados del siglo XIX, en el desamortizado Convento de Santo Domingo de la localidad alicantina de Orihuela, se instaló el primer Museo de Pinturas y Biblioteca Provincial por la Comisión Provincial de Monumentos de Alicante. Una tarea, realizada a partir de las Reales Órdenes de 13 de junio y 24 de julio de 1844, que marcó uno de los primeros hitos en torno a la gestión del patrimonio histórico-artístico de esta provincia. Sobre esta línea, y a través de los documentos custodiados en el Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Archivo Diocesano de Orihuela, se pretende reconstruir y poner de manifiesto este puntual, pero significativo, suceso histórico.