“…En definitiva, se puede considerar que los espacios públicos son "un excelente termómetro para determinar los grados de la integración social, los alcances de los sentidos de pertenencia, las capacidades de apropiación de lo público y los niveles de democracia obtenidos en un barrio, una zona o una ciudad" (Rizzo, 2010a, p. 9); un reflejo de la diversidad, donde es inevitable -consciente o inconscientemente-reconocerse en igualdad a las demás personas (Muñoz, 2007). Esto implica también que, desde el punto de vista metodológico, los contenidos del espacio público se analicen a través de determinadas dimensiones de análisis: la 'identidad del lugar', ligada al 'sentido del lugar', 'sentido de pertenencia' y/o 'apego al lugar', relacionada esta identidad-sentido con la 'apropiación' del lugar que surge de las 'prácticas cotidianas' y 'socioespaciales', de las cuales pueden surgir (o no) 'conflictos' por el 'control' del espacio, aunque el control también genera 'seguridad y confianza' (Cárdenas, 2017).…”