Mediciones Antropométricas en Mujeres Serbias Adultas y Mayores Previo a un Programa Físico y Educativo de Pilates y Aeróbica

Abstract

RESUMEN:Las personas adultas y mayores deben mejorar su bienestar físico para evitar enfermedades derivadas del envejecimiento. La edad está íntimamente relacionada directamente con el aumento de la masa grasa y peso e inversamente con la talla de las personas. Este estudio muestra las características antropométricas previas a un programa educativo de Pilates y Aeróbica. Doscientas cinco mujeres de la ciudad de Novi Sad (Serbia) con edades comprendidas entre los 40 y 76 años han participado voluntariamente. Los resultados obtenidos muestran que la edad se relaciona con el peso, masa grasa, IMC y talla (p<0,01). Además, las mujeres con un IMC mayor de 25 kg/m 2 , poseen valores mayores en las mediciones antropométricas, masa grasa y talla (p<0,01). Por último, a medida que aumenta la edad (en intervalos de 10 años), la talla disminuye y la masa grasa aumenta (p<0,05).PALABRAS CLAVE: Antropometría; Personas adultas; Mayores; Grasa; Pilates. INTRODUCCIÓNLa actividad física en general, así como diversas especialidades que resultan más motivantes, como el Pilates (Ruiz-Montero & Petrovic, 2013;Palop Montoro, 2009), en personas mayores puede evitar y/o mejorar posibles limitaciones y discapacidad funcional-motriz que van apareciendo con la edad (Tercedor, 2001). El límite máximo de capacidad funcional es el que inicia la vida adulta. A partir de ahí, comienza un descenso de esta capacidad que es característico del envejecimiento (Castillo, 2009). Además, se puede encontrar mayores activos que tienen mejores registros antropométricos y fisiológicos que mayores sedentarios, confirmando esto las teorías sobre un envejecimiento activo y éxitos (Díaz et al., 2011).Existen, por tanto, diversos beneficios de la actividad física regular y evidencia científica en relación a éstos. A nivel individual, entre los beneficios que pueden mejorar, se encuentran, la resistencia cardiorrespiratoria, la fuerza muscular, la densidad ósea, la composición corporal y los biomarcadores metabólicos y cardiovasculares (WHO, 2010).En los países desarrollados, el número de personas mayores ha aumentado considerablemente en los últimos años. El proceso de envejecimiento lleva consigo diversos cambios, que la actividad física puede ralentizar. Estos cambios pueden producir el desarrollo de enfermedades como la obesidad, sarcopenia y osteoporosis, que se encuentran íntimamente relacionadas con la pérdida de pérdida de masa muscular y ósea, así como la cantidad de fuerza (González et al., 2003). Éstas y otras enfermedades están relacionadas a una disminución de la calidad de vida y como consecuencia, mayor probabilidad de dependencia y aumento de la mortalidad (Gómez-Cabello et al., 2012).Una variación en las mediciones antropométricas (mayor perímetro muscular y/o menor pliegue subcutá-neo) supone el primer escalón de la mejora de la calidad de vida de la persona. De ahí que, las personas mayores entrenadas posean valores inferiores de masa grasa que, personas no entrenadas, de una misma edad (González et al.).