Conocida es la obra de mecenazgo realizada por Francisco Jiménez de Cisneros en la fundación de la universidad de Alcalá de Henares. Menos conocida es, sin embargo, la influencia que el madrileño de Torrelaguna, arzobispo de Toledo, primado de España y cardenal, ejerció sobre otra fundación universitaria, la que el obispo conquense Diego Ramírez de Fuenleal estaba llevando a cabo de manera paralela en su pueblo natal, Villaescusa de Haro. En este caso, con el fin de obligarle a paralizar las obras de dicha universidad para, según han asegurado algunos historiadores, de evitar que la obra de Fuenleal pudiera ser competencia directa en la magna obra complutense del propio Cisneros.