“…se priorizará el control de la velocidad de ataque como elemento fundamental de interpretación en los distintos instrumentos de percusión. Si bien movimientos y gestos diversos pueden ayudar a la percepción, matización y énfasis de una idea musical como apuntan Schutz (2013), Chaib (2012, Larsen (2019) y Aroso (2014), esta idea musical y su realización desde el punto de vista kinético, físico y acústico está principalmente condicionada a las leyes que rigen el movimiento en física. Situando el discurso sonoro en primer plano entendiendo el arte musical como arte sonoro y de los sonidos en primera instancia, y atendiendo a la ciencia experiencial cuantitativa como se desprende de Moore (1970), Chaffee (1972), Stevens (1979) y Davis (2018), el intérprete empleará la variación de la velocidad de ataque como herramienta principal en la elaboración y exposición de su discurso sonoro.…”