“…En H. suspectum se ha registrado que en el medio silvestre las hembras no ponen huevos todos los años, como estrategia para resarcir escases de las fuentes de energía y ponerlos hasta el siguiente año o hasta alcanzar las condiciones de salud y energéticas necesarias, sin embargo, en confinamiento se ha logrado su reproducción durante al menos 4 años consecutivos (Beck, 2009), esto probablemente a una disposición continua de alimento. Esta relevancia de la disponiilidad de eneria para la reproducción se observó en H. horridum ya que se presentó una correlación positiva entre el ancho de la base de la cola de las hembras y la cantidad de huevos en oviductos observados y como se ha mencionado en el primer periodo de investigación se registró gran consumo de alimento, más del 30% en comparación con el segundo periodo de estudio, lo que contribuyó al crecimiento de los individuos, particularmente se observó un incremento en el peso y ancho de la cola; además no se presentaron conductas sexuales durante este primer periodo, y puede deberse de entre varios factores involucrados a un periodo de aclimatación, a un régimen alimentario deficiente anterior al estudio dando como resultado la preferencia hacia los procesos metabólicos que aseguran la supervivencia individual (Allen y Ullrey, 2004), o puede significar que se privilegió el almacenamiento energético como lo presentan algunas lagartijas, que almacenan energía en cuerpos adiposos en la cavidad celómica y tejido adiposos en la cola (Vitt, 2015), esto en algunas especies es un requerimiento para una reproducción exitosa (Smith et al, 2015;Benabib, 1994;Bustos-Zagal et al, 2011;Ardila-Marín, 2008).…”