El estudio de la correspondencia personal de la nobleza femenina en los siglos modernos nos ha permitido profundizar en la vida de estas mujeres. Junto a la información de carácter personal, las misivas conservadas desvelan los mecanismos que los miembros femeninos de los linajes desarrollaron a la hora de comunicarse, así como las redes de patronazgo que establecieron solicitando mercedes y privilegios para sus familiares y miembros de sus clientelas, un aspecto menos atendido. En el presente texto nos centraremos en Mencía de Requesens y Zúñiga, VIII condesa-duquesa de Benavente. Entre 1603 su marido fue designado virrey de Nápoles, y desde entonces Mencía residió en la ciudad italiana hasta 1610, ejerciendo como virreina. A través de la correspondencia que generó durante estos años, analizaremos las redes epistolares que forjó con la corte pontificia con el propósito principal de asegurar el futuro de sus hijos, incidiendo en su obligación materna.