Los libros acribillados: Lectores y autoría en "Los asesinados del Seguro Obrero" de Carlos Droguett

Abstract

Cuando se fusila a un hombre se trata de un comienzo de incineración, cuando se incinera un libro es un comienzo de fusilamiento. ¿Qué se fusila? ¿Qué se incinera? No es propiamente el hombre o el libro el quemado o el fusilado, es más bien el alma, el espíritu que palpita en ese cuerpo o en ese libro, la ansiosa alma colectiva. Carlos DroguettLas siguientes páginas tienen un doble propósito: por una parte, me interesa rastrear los modos en que se forja la voz autorial de Carlos Droguett a través de las distintas versiones de Los asesinados del Seguro Obrero publicadas entre 1939 y 2011; por otra parte, la década del 40, momento en que este texto se publica por primera vez como libro, ha sido descrita como la época dorada de la industria editorial en Chile 2 y del libro como símbolo de movilidad social para las capas medias en tanto instrumento de educación, por lo que parece relevante indagar en las figuraciones del libro al 1 Este artículo es parte del proyecto Fondecyt Regular Nº 1190499 del cual soy coinvestigadora.2 En su Historia del libro en Chile, Bernardo Subercaseaux describe el período como un caso de desarrollo frustrado de la industria editorial en el país: "Entre 1930 y 1950 se vivió, como hemos señalado, lo que podría calificarse como la época de oro del libro en Chile: un panorama editorial alentador que alcanzó proyección internacional, un mercado interno activo y con diversidad de intereses, una oferta abundante de títulos chilenos y extranjeros, libros relativamente baratos, que llegaban a los lectores a través de distintos puntos de venta (…). Una situación que, en síntesis, se vislumbra como expectante, puesto que ofrecía ventajas comparativas para transformar al país en una gran potencia editorial a nivel latinoamericano" (162).