“…Interfiere y constituye las interacciones entre los sexos, así como las relaciones de poder político, simbólico y de clase, ilumina prácticas históricas concretas que no se agotan en el discurso sobre los cuerpos. Por eso el médico José María Ramos Mejía, cuando caracterizaba a las multitudes argentinas a fines del siglo XIX como femeninas e irracionales, o el líder del Movimiento Nacionalista Tacuara, Alberto Ezcurra Uriburu, que retrataba a la democracia como una señora gorda, mal vestida y de acento extranjero a mediados del siglo XX, estaban hablando de política tanto como de género (Acha, 2012,Campos, 2019, Martínez Obertti, 2021.…”