“…Ya sea la distancia física con el otro, o la posibilidad de ensayar respuestas antes de lanzarlas al espacio social, sería una verdadera ganancia en términos del proceso de aprendizaje humano: el sujeto que transita en el mundo social virtual, puede acceder a actividades conjuntas y colaborativas. El encuentro con otro, y la puesta en acción de prácticas colaborativas parece ser una característica definitoria de los mundos virtuales según múltiples autores trabajados hasta ahora (Chib et al, 2019;Gruzd et al, 2011;Hällgren, 2018;Ortiz Galindo, 2016). En ese sentido estos mundos no son diferentes a cualquier otro en lo relativo a la relevancia de la mediación social de los otros, más bien se podría suponer que expanden de forma exponencial esta experiencia.…”