“…Sin embargo, está ampliamente demostrado que estos diaspinos han sido capaces de desarrollar resistencias contra numerosos insecticidas utilizados para su control, tales como organofosforados y carbamatos (Yust et al, 1943a;Yust et al, 1943b;Collins et al, 1994;Grafton-Cardwell y Vehrs, 1995;Grafton-Cardwell et al, 1998). Debido a este fenómeno, el uso de aceites minerales como estrategia de control está ampliamente expandido, a pesar de ser potencialmente fitotóxicos (Grout y Richards, 1991a;Grafton-Cardwell y Reagan, 1995;Tan et al, 2005;Urbaneja et al, 2008). La presencia de compuestos acidificantes en los aceites de forma natural, o los productos de oxidación de moléculas insaturadas pueden causar efectos agudos de fitotoxicidad, tales como: quemaduras, necrosis o caída de hojas y frutos (Tan et al, 2005).…”