“…Finalmente, en la dimensión estética, ambas comunidades se inclinan a considerar al jaguar en la categoría "sublime", es decir que, aunque sienten un temor profundo hacia el felino, lo consideran sumamente hermoso; en otras palabras, les causa un placer-displacer estético. De acuerdo con Kant (2003), la sublimidad se encuentra principalmente cuando el sujeto se enfrenta a una dinámica con la naturaleza en la que ésta se sobrepone a nosotros en una relación de poder, sin embargo, para considerar sublime al objeto o fenómeno natural debe existir una distancia estética, es decir, el sujeto no debe hallarse en una situación real de peligro ya que, de ser así, sentiría terror y no un placer o displacer estético (Oroño, 2017).…”