xiii la que tanto niños como profesores adquieren un papel activo. De esta experiencia se crean dos aplicaciones: Emo y Animaddin. Con ellas se muestra el éxito de la tecnología de los Agentes Animados Personificados como complemento motivador para incitar e involucrar a los niños en la interacción, como patrón gestual de imitación para expresar emociones, y como refuerzo para afianzar el aprendizaje. Por otra parte se observa la necesidad de revisión continua del comportamiento y la apariencia del Agente Animado Personificado en este tipo de aplicaciones para mantener el interés de los niños, y destaca la importancia de dotar de flexibilidad y accesibilidad al diseño de aplicaciones que incorporen la tecnología de los Agentes Animados Personificados para promover su uso entre el personal docente.