Tras la redacción del borrador de La Construction des villes en 1910, este proyecto fue relegado hasta 1915, cuando se trasladó a París durante siete semanas. En la Bibliothéque Nacional preparó una serie de fichas con textos y bocetos, y, sobre todo, se dedicó a copiar nuevos dibujos. Ahora la factura es rápida y más que reproducir fielmente interpreta lo que se ve bajo un nuevo prisma: el clasicismo. Son otros los referentes: Blondel y Laugier como fuentes de autoridad, también los libros y láminas de Piranesi, Perelle, Riat, Patte, la arquitectura oriental, las cartografías históricas de París y estampas y grabados procedentes del Cabinet des Estampes. Aquel libro fue definitivamente abandonado, pero una nueva concepción de la ciudad se comenzó a cimentar en aquellos días y vertida en sus propuestas urbanas y en Urbanisme, donde publicó alguno de estos dibujos.