“…Estas ideas, que consideran que los conocimientos y experiencias previas que los trabajadores tienen o han adquirido a través de su práctica cotidiana, y que son elementos fundamentales para el desarrollo de las organizaciones, fueron planteadas, en un primer momento, con los hallazgos que derivaron del trabajo llevado a cabo por John Seely Brown, que en la década de los ochenta era director científico de Palo Alto Center de Xerox, y, a quien se le asignó la tarea de crear un sistema de capacitación para los 25, 000 reparadores de fotocopiadoras que estaban ubicados en todo el mundo, y no solo eso, sino que debía reducir los costos que conllevaba trasladar a los reparadores hasta el centro de capacitación Xerox en Estados Unidos, que en ese tiempo ascendía a 200 millones de dólares al año (Sanz, 2010). La estrategia realizada por Brown consistió en contratar a un grupo de antropólogos entre los que se encontraba Julian Orr , quién publicó los resultados en su obra Talking about machines: an ethnography of a modern job (Orr,1990), comprueba que el aprendizaje y conocimiento que se adquiere en los encuentros en la cafetería, en el compartir experiencias sobre su quehacer diario al reparar fotocopiadoras, llamadas historias de guerra (war stories en inglés), les permitía a los demás tomar esas experiencias y llevarlos al campo de la práctica donde podían resolver problemas que no hubiera sido posible resolver siguiendo solo los manuales, de ahí se llega a la conclusión de que, es más efectivo que los trabajadores en conjunto encuentren soluciones a los problemas que enfrentan en su práctica, en lugar de hacerlo en lo individual, por lo tanto, a partir del trabajo colaborativo y social se puede construir una comunidad de práctica.…”