“…Echando la vista al resto de géneros áureos, hoy sabemos 1) que el morisco es, por lo discutible de su corpus en prosa, un género principalmente romanceril, a despecho de algunas comedias moriscas, también firmadas por Lope, a las que trasladó los argumentos de los romances 45 ; 2) que el de caballerías, por más que apareciera en dramas y romances, debe su peso histórico a las novelas, que fueron las más vendidas, popularizando la caballería andante en los nombres de sus ciclos narrativos 46 , y que la literatura de pícaros tiene también una naturaleza eminentemente novelesca 47 ; 3) que la bizantina entronca en el xvi con otra antiquísima tradición y como tal se escribió en el Siglo de Oro, por más que suscitase una importante corriente teatral; y 4) que los pastores, tímidos sobre las tablas, pasearon sin pudor por romances y novelas, popularizados en unos y otras a partes iguales 48 . Respecto a los cautivos, lo primero que encontramos es una distancia insalvable entre los del romancero, los del teatro y los de la novela, distintos en la forma, en el fondo, en la intención e incluso en el tono.…”