El presente trabajo se centra en el análisis de tres conjuntos monetales recuperados en el oppidum de Libisosa (Lezuza, Albacete). Suman un total de 53 monedas de bronce, distribuidas entre dos calles y un pequeño departamento del barrio iberorromano, sede de una oligarquía local enriquecida por el comercio y con un temprano contacto con el agente itálico. No son tesorillos, sino el resultado de la destrucción instantánea del poblado en el marco de las guerras sertorianas. Cada lote está formado por un homogéneo número de piezas tardorrepublicanas, en su inmensa mayoría acuñaciones de la ceca de Castulo (por tan solo una unidad de Obulco, otra de Bolskan y un semis romano). El estado de las monedas, su caracterización y datación a principios del s. I a. C. están indicando que en Libisosa se tiende a usar numerario reciente compuesto por las especies más inmediatas y fácilmente asequibles. En términos macrohistóricos, su estudio resulta de vital importancia para el conocimiento de la circulación monetaria de ese período ibérico final/tardorrepublicano en esta zona. En términos internos, nos permite plantear la existencia de una secuencia fruto del intento parcialmente frustrado de poner a salvo el numerario de un puesto de pago o cambio monetario.