La comunicación científica es parte del proceso investigador y representa unos de los retornos que recibe la Sociedad del investigador. La comunicación científica se somete a una estructura internacionalmente aceptada: Introducción, Material y Métodos, Resultados, Conclusiones y Discusión, en la que cada apartado tiene una finalidad y una intención. Tras haber realizado una revisión de las publicaciones y guías más recientes sobre comunicación científica en salud se ha sintetizado las recomendaciones más relevantes con la intención de orientar a los autores noveles en la redacción de sus primeras publicaciones.