“…Esto ocurrió -tal vez del modo mas radical-en Venezuela desde el año 2006 en adelante, a partir de una serie de iniciativas mas o menos coordinadas que implicó el nacimiento de nuevas instituciones (la Comisión Nacional de Reforma Policial, el Consejo General de Policía, la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, la Policía Nacional Bolivariana) y a todo un plexo complejo de cambios normativos, organizacionales y prácticos que, sin embargo, estuvieron constantemente sometidos a presiones en sentido inverso, orientadas hacia una remilitarización de las fuerzas y prácticas policiales venezolanas, que fueron cobrando mas fuerza desde inicios de los años 2010s. (Gabaldon y Antillano, 2007;2008;El Achkar, 2010;Antillano, 2012Antillano, , 2014. También ha sido el caso en Argentina, mas tardíamente, en donde en la esfera federal nació a fines de 2010 un conjunto de iniciativas mas o menos coordinadas que tuvieron mucho menor alcance y profundidad que las registradas en el caso venezolano, pero que fueron definidas por los actores gubernamentales como una dinámica de "reforma policial" hacia un "modelo de seguridad democrática", desde el nacimiento al Ministerio de Seguridad de la Nación como instancia de control político a cambios en las instituciones y prácticas de formación y capacitación policial.…”