“…La televisión mexicana proviene de una tradición comercial similar a la de Estados Unidos (Casas Pérez, 1995;Hernández Lomelí, 1992, 1993Kim, 1996;Murphy, 1995). Mucha afinidad en la programación puede quizá ser explicada con Sánchez Ruiz (1996) y Biltereyst (1992), como producto de una afinidad cultural que rebasa al lenguaje como barrera y da como consecuencia una cierta interdependencia asimétrica.12 Podría especularse que la escasa diversidad programática sostiene algún grado de relación con la diversidad del sistema mediático, de donde se obtiene la mayor cantidad de programación importada (97% del total) de Estados Unidos (Lozano Rendón y Huerta Wong, 2001), cuyo escaso grado de diversidad ha sido revisado desde la programación o desde su diversidad cultural más o menos exhaustivamente (Ishikawa, 1996, Kim, 1996. Las importaciones pueden tener alguna función de establecimiento de agenda de la programación loca}.…”