Los conflictos armados que se desarrollaron en el siglo XX supusieron un punto de inflexión en la historia de la Humanidad. La Guerra Total aportó novedades respecto a tácticas, estrategias y armamento militar, pero también alumbró un poder de destrucción no conocido hasta el momento. Quizá por eso, esos conflictos siguen suscitando horror y fascinación a partes iguales, más de un siglo después.
Este artículo aborda un estudio comparativo sobre la enseñanza de los conflictos bélicos en las aulas de dos países vecinos, España y Francia, y en concreto analiza la colaboración entre la educación formal y no formal como herramienta para generar conocimiento sobre los conflictos armados. Las visitas didácticas a museos, centros de interpretación y vestigios bélicos fomentan la reflexión y el pensamiento crítico, incentivan la curiosidad y la creatividad, y permiten trabajar la empatía. Y todo ello, contribuye a la formación en valores de ciudadanía democrática fundamentales, como el respeto a los derechos humanos y la resolución pacífica de los conflictos. Una ciudadanía crítica, informada y preparada es la mejor baza para frenar cualquier intento de revertir los derechos y libertades que rigen nuestras sociedades democráticas.
El texto está articulado en torno a varias ideas: la necesidad de tratar y pensar la guerra en las aulas, la comunicación y contacto entre la enseñanza formal y no formal (aprendizaje vivencial) y políticas públicas para la creación y protección de espacios de memoria. En él, Francia se ejemplifica como modelo a seguir si pretendemos superar las cicatrices de la Guerra Civil Española, el conflicto bélico que marcó nuestro pasado reciente, que sigue muy presente en nuestra vida, incluso en la agenda política, y cuyo conocimiento debería guiar nuestro futuro, siempre desde el rechazo a las guerras y a la naturalización de la violencia.