La mejora de la calidad educativa es uno de los retos que tiene el maestro de hoy y, por ende, es necesaria una lectura de la realidad que permita comprender no sólo las problemáticas dentro del aula, sino las causas que subyacen fuera de ellas. Así, considerando la brecha entre la realidad y los objetivos de las políticas educativas actuales, estandarizadas y homogeneizadoras, se argumenta, a modo de ensayo, señalar la importancia de entender la educación desde el individuo, a partir de la construcción de las trayectorias educativas de los estudiantes con dificultades académicas relacionadas con aspectos personales, sociales, culturales y económicos. De manera que, conociendo sus percepciones desde los contextos educativos, sociales, familiares, económicos y culturales que permitan ver y construir su mundo y, por tal razón, sus procesos de aprendizaje. Así, la construcción de los recorridos de estudiantes, en el ámbito escolar, son trascendentales para discernir no sólo su introspección, sino los factores que ocasionan que su desempeño no cumpla con los logros propuestos para cada nivel, y que dicho entendimiento facilite la formulación de medidas que diseñen los currículums dándole un rol más activo al Sistema Educativo. La trayectoria educativa permite comprender, desde el y la estudiante, una posición teórica formal con niveles establecidos de educación y una posición práctica, la que cada estudiante desarrolla en su ciclo educativo, social y familiar.