La universidad, como institución de educación superior, debe tener como objetivo ofrecer una buena calidad educativa y promover en el alumnado la adquisición de principios y valores que contribuyan y favorezcan el desarrollo pleno del alumnado como miembro de la sociedad. En este estudio, se aborda la necesidad de ofrecer una enseñanza donde la formación ética del alumnado sea un eje vertebrador del proceso de enseñanza-aprendizaje tomando el plagio académico como medio para poner en evidencia esta necesidad. Se ha diseñado un estudio de corte cualitativo, transversal e inductivo, donde a través de grupos focales se recoge información de profesorado, responsables académicos y estudiantes. El alumnado manifiesta la importancia de otorgar valor al aprendizaje. Y, los docentes y responsables académicos a asumir un papel de soporte formativo, unos/as a nivel de aula y otros/as a nivel institucional. Ambos concuerdan en aspectos similares, los primeros centrados en cuestiones de actuación en las asignaturas que imparten y, los segundos a nivel general de educación, con el fin de favorecer la formación de ciudadanos/as con valores de respeto, justicia y responsabilidad en favor de la evitación de conductas deshonestas. Se concluye con la necesidad de establecer una responsabilidad compartida entre la propia institución y la comunidad universitaria.