El ejercicio profesional de los ingenieros, en la actualidad, los ha llevado a desempeñar el importante papel de mediadores entre los conocimientos científicos y técnicos y las estructuras productivas; por ello, los futuros especialistas de la ingeniería deberán ser capaces de desarrollar una profunda comprensión del impacto de la tecnología en la sociedad, de ampliar su entendimiento de teorías y conceptos que aborden la solución a la problemática social y económica de un mundo globalizado, de desarrollar habilidades socio-humanísticas que incluyan un pensamiento ético, sustentable y con responsabilidad social, además de la apreciación de otros campos culturales que contribuyan al desarrollo de una vida productiva. En los próximos años, las ins tituciones de Educación Superior deberán reinventarse para adaptarse a este nuevo paradigma en la formación de los futuros ingenieros, en el que parte de las habilidades que deberán transmitir a sus estudiantes es la capacidad de adaptación y aplicación innovadora de las nuevas tecnologías, y para ello requiere propiciar el desarrollo de lo que se conoce como “habilidades blandas”, capacidad de innovación y gestión, tolerancia a la frustración, adaptación a las cambiantes demandas del mercado, habilidades de comunicación, resolución de problemas y gestión de equipos, entre otras, y en este sentido, una amplia formación en las disciplinas socio-humanísticas contribuye al desarrollo de este tipo de habilidades.Se presenta una propuesta metodológica para la reestructuración del programa de formación humanística de la Facultad de Ingeniería en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México; dicho plan curricular se ha organizado alineándolo con los saberes, capacidades y competencias que se enuncian en las misiones institucionales y en los perfiles de egreso, que a su vez están construidos en torno a las necesidades del campo de trabajo y los retos que la sociedad actual plantea. La propuesta que aquí se aborda para establecer las habilidades, actitudes y valores, así como la construcción del perfil en formación humanística que se desea alcanzar en los estudiantes de ingeniería, constó de cuatro etapas sucesivas: la compilación, en primer término, de las fuentes internas de las que se extraen los objetivos que se pretenden lograr en la formación de los estudiantes, lo que se denomina Visión Institucional; el análisis, en segundo lugar, de las capacidades, actitudes y aptitudes citadas en la literatura como esenciales en los egresados de programas educativos de ingeniería y que constituye la demanda del mundo laboral, lo que se conoce como la Demanda Externa; una tercera etapa, de Sintonización, que consiste en la conciliación de las necesidades externas con los propósitos institucionales; por último, el diseño de los ejes transversales de formación humanística, contenidos, materias específicas, créditos, ubicación en el mapa curricular, entre otros elementos, bajo un esquema alineado con las dimensiones postuladas por el Modelo Educativo de la propia universidad.