“…A su vez,Pratt et al (2017) coinciden con que la planificación favorece la colaboración, ejecución y reflexión de ambos profesionales.En segundo lugar, la aplicación de la agenda favoreció la coordinación entre profesionales, ya que permitió tener una ruta clara de trabajo para cada reunión, coincidiendo conPratt et al (2017) quienes plantean que el éxito de la co-enseñanza radica en establecer rutinas. De esta forma, ambos participantes tienen claridad sobre los puntos que se deben considerar para la planificación colaborativa de una clase incluyendo la perspectiva de ambos profesionales, lo que posibilita tomar decisiones de manera conjunta(Villa et al, 2008).En tercer lugar, la organización propició la optimización de los tiempos de trabajo conjunto, ya que en la medida que se logró estructurar el espacio de colaboración, este se fue haciendo cada vez más claro, rápido, efectivo y necesario; lo que viene a ser una respuesta a lo planteado porArriagada et al (2021) quienes señalan que el tiempo para planificar es un obstaculizador que emerge de manera frecuente al hablar de co-enseñanza. Así, con esta investigación se logra demostrar que esto se genera por el desconocimiento o improvisación respecto a los temas por tratar en cada reunión, aspecto que incide en que el trabajo colaborativo no sea visto como necesario.En cuarto lugar, la implementación de la agenda se transforma en una oportunidad para cambiar la visión que se tenía sobre el rol profesional de los educadores diferenciales, el cual se caracterizaba por ser difuso respecto de las funciones y objetivos de su presencia en el aula, y con esto se logra fortalecer el trabajo conjunto con los profesores de aula regular.Figueroa et al (2020) plantean que el trabajo entre profesionales es escasamente colaborativo y principalmente liderado por los profesores de asignatura, visualizando a los educadores diferenciales como un recurso de apoyo para ellos y no precisamente para los estudiantes.…”