El artículo propone pensar el género biopic en relación con la historia, la memoria y la nostalgia, a partir del caso de la película argentina El ángel (Luis Ortega, 2018), basada en la vida del asesino serial Carlos Robledo Puch y sus crímenes a comienzos de la década de 1970. El film se desliza desde el relato biográfico hacia un plano más amplio: el de la reflexión –en clave pop– sobre el mal. La biografía de Robledo Puch es una excusa para narrar una historia que rodea el problema del mal y la libertad, la belleza y la perversión, la violencia y el erotismo como contracaras de la vida “normal”, de la existencia gris de las mayorías sociales que permanecen anónimas. A partir de una mirada nostálgica sobre los años 70, la biopic toma el nombre propio de Robledo Puch y algunas circunstancias históricas para darle identidad a una figura formada, sobre todo, de la sustancia de lo mítico.