“…No obstante, y dependiendo de las circunstancias locales, la frecuentación de espacios de ocio deportivo en la naturaleza se está traduciendo muchas veces en aportaciones nada desdeñables en términos de diversificación de la economía local y la oferta turística, desestacionalización de la temporada tradicional, desarrollo de una oferta complementaria o alternativa a las grandes estaciones de esquí y deportes de invierno (Bourdeau et al, 2006;Rech, Mounet & Briot, 2009;Rivera, 2011), redistribución y reequilibrio espacial de los flujos turísticos (Langenbanch, 2012) y puesta en valor de espacios naturales no integrados en la oferta turística, antes infravalorados o infrautilizados (Gómez & Cors, 2001;Lacosta, 2002Lacosta, , 2004. Y en el caso de las zonas rurales y de montaña situadas lejos de los centros tradicionales de desarrollo turístico y, a veces en proceso de despoblación y crisis prolongada de sus actividades económicas tradicionales, también podemos encontrar ejemplos de dinamización de su desarrollo territorial y generación de beneficios complementarios para sus habitantes, con efectos multiplicadores de la economía local (Mao, 2003;Rivera, 2015b).…”