“…Adicionalmente, se debe establecer que se han reconocido cuatro tipos de KP (García Pérez y García Moreno, 2011; Guapi y Frikha, 2020): el KP Tipo I, corresponde a la fusión masiva de vértebras cervicales con afectación en vértebras torácicas y tiene un origen en un gen autosómico recesivo; el Tipo II, corresponde a la fusión de uno o dos espacios vertebrales, los que incluyen potencialmente la fusión occipito-atloidea y se asocia a otras anomalías vertebrales, siendo una expresión variable dentro de un grupo familiar asociado a un gen autosómico dominante; el Tipo III, que corresponde a fusión de al menos vértebras cervicales y torácicas e incluso lumbares, asociada a un gen autosómico recesivo; y el Tipo IV, correspondiente a la fusión de vértebras cervicales, probablemente ligada al cromosoma X, que además genera trastornos oftalmológicos. Con esto en mente, creemos que los casos observados en los sitios Punta Blanca y El Vertedero corresponderían al KP tipo II o Tipo III, tal como ocurre en varios otros casos de estudio arqueológico (Fernandes y Costa, 2007;Fabra y Salega, 2014;Drupka et al, 2019;Titelbaum, 2020, Hukelova y Kroslakova, 2021, por nombrar solo algunos).…”