“…Las razones del crimen son desconocidas, pero posiblemente se podría achacar, en parte, al confuso escenario al que dio paso la rebelión. Las tensiones eran alimentadas por las noticias que corrían tanto por la ciudad como por villas y aldeas, que ponen de manifiesto que la población estaba bien enterada de todo lo que sucedía; algo sobre lo que se ha llamado la atención por parte de otros autores (Oliva Herrer, 2016). Las referencias a los disturbios se documentan en una amplia región, desde La Mancha a la zona actual de Extremadura, y por ciudades como Salamanca, villas como Cáceres, Chillón, Guadalupe, Madrid, Piedrahita, Trujillo y Valencia de Alcántara, e infinidad de pequeñas aldeas, como Alía, Ávalos, Castilblanco, Esparragosa de Lares, Hombreviejo, Jaraicejo, Las Brozas, Lorencán o Zagala.…”