“…Esta escena corresponde a la copla 31: «Más la sabia mano de quien me guiaba, / viendo mi flojo carajo, perplejo, / le soba, le frota, le estira el pellejo, / hasta tornarle como se estaba; / es a saber, deprisa tan brava, / que rempujaba por verse más libre, / como el gran barbo rempuja en el Tíber / cuando el anzuelo del buche le traba». Ver Domínguez, 2019. Y todas las putas de esta escritura, viéndome solo, arrecho y seguro, alzan sus faldas, mas yo no me curo sino de salir de tanta estrechura (c. 18).…”