“…Sin embargo, y como horizonte de posibilidad, los resultados también muestran que son estos profesionales quienes se vinculan directamente con los involucrados (HECKERT; ROCHA, 2012), y que en sus aportaciones aparece preferentemente la voz del cuerpo estudiantil. Para diversos autores (YÁÑEZ et al, 2018; DÍAZ; VÁSQUEZ; DÍAZ, 2019), la visibilización de la voz de los alumnos en riesgo de exclusión, frecuentemente invisibilizados, abre luces a nuevas posibilidades para gestionar la institución educativa, a partir del fomento de la participación significativa de la niñez (RAMÍREZ-CASAS DEL VALLE; ALFARO, 2018; PACHECO, 2018; ROJAS; LÓPEZ; ECHEITA, 2019), y el reconocimiento de los actores sociales (GRINBERG, 2015;JULIO et al, 2016;KAPLAN;SZAPU, 2019;ROJAS et al, 2019), y que desde estos hallazgos reclaman un lugar de visibilidad positiva.…”