El predicador real Jerónimo de Florencia (1565-1633) predicó dos sermones de honras: el 18 de noviembre de 1611 en San Jerónimo el Real y, en Santa María, el 19 de diciembre del mismo año. En ellos glosa la figura de la reina Margarita, muerta de sobreparto. En estos sermones, Margarita de Austria aparece presentada bajo lo que podríamos denominar la "verdad oficial", como es propio de unos textos de esta naturaleza y en los que se anuncia como un ser sacralizado: al punto de ser una dulce compañía para el rey, una amorosa madre para sus hijos, una piadosa reina para sus vasallos y, como rasgo no menos importante, una firme columna de la Iglesia, entre otros aspectos que resalta este importante predicador real desde su privilegiada atalaya del poder. En este artículo estudiamos el primero de estos sermones.