“…en general, los hermanos no víctimas reciben escaso apoyo de los padres y de los profesionales involucrados, que focalizan sus energías en la víctima directa. todo esto puede generar conflictos, resentimientos y envidias con el hermano agredido, e incluso se puede culpar a este de la agresión y sus consecuencias (baker et al, 2002;bentovin, 1991, en baker et al, 2002Hill, 2003;tavkar & Hansen, 2011). Junto con esto, otros estudios vinculados tangencialmente al tema, plantean dificultades en la percepción de los miembros de la familia y sus relaciones, en hermanos de niños víctimas de agresiones sexuales (lipovsky, Saunders & Hanson, 1993;Meyer, 1983).…”