RESUMENLos profesionales de la atención primaria apenas realizan intervenciones breves en alcohol. El objetivo del presente estudio es ver hasta qué punto y cómo podrían incorporarse estas intervenciones breves a su trabajo diario. El estudio incluye un cuestionario para el personal de atención primaria, la grabación en video de grupos de discusión de profesionales, y un cuestionario para los pacientes de atención primaria en Tampere (Finlandia), una ciudad de aproximadamente 200.000 habitantes. El método empleado ha sido el análisis cualitativo (categorizado) de las tres fuentes de información (cuestionario de profesionales, cuestionario de pacientes, grupos de discusión) y de las discusiones sobre el tema con el personal. La actitud positiva de pacientes y profesionales hacia las intervenciones breves proporcionó la base ética para elaborar directrices. Médicos y enfermeros deseaban unas instrucciones muy prácticas y sucintas, pero creían que sólo era posible realizar intervenciones breves en determinadas situaciones, no de forma sistemática; preferían la comunicación verbal a los cuestionarios estructurados, y querían información escrita para los pacientes e instrucciones muy claras en las que apoyarse. Se elaboraron, así, unas breves directrices que todos aceptaron, basadas en la información y en la retroalimentación.Es posible encontrar el modo de que los profesionales de la atención primaria realicen intervenciones breves en alcohol. Éste puede variar de una cultura a otra, y deberá ajustarse a cada caso específico, pero los métodos aquí empleados son aplicables en cualquier parte del mundo.
ABSTRACTBrief alcohol intervention is poorly taken up by primary health care professionals. The aim of the present study was to see whether and how brief intervention could be done as part of everyday work. The study included a questionnaire to primary care staff, videotaped focus groups of professionals, and a questionnaire to patients in primary health care setting in the City of Tampere, Finland, with about 200 000 inhabitants. The method was qualitative (categorized) analysis of the three sources of information (questionnaire to professionals, questionnaire to patients, focus groups) and discussions by the staffs during the action.Patients' and professionals' positive attitudes towards brief intervention provided the ethical ground to create instructions. Nurses and general practitioners wanted short, practical instructions, but felt that it was feasible to do brief intervention only in certain situations, not systematically; they preferred verbal communication to structured questionnaires, and wanted written information for patients and clear instructions when to refer. Based on information and feedback, short instructions were created and accepted by staff.It is possible to find a way for primary health care professionals to do brief alcohol intervention. This may differ in different cultures and should be individually tailored, but the methods used here are globally applicable.