“…Pues, se ha observado que los programas de atención plena ayudan a responder más adecuadamente a aquellos estresores producidos en el contexto laboral (Kemper, Mo, y Khayat, 2015), además de reducir los niveles de ansiedad (Strawn et al, 2016) y prevenir el síndrome de burnout (Virgili, 2015). En definitiva, los programas de intervención reducen de manera notable los síntomas depresivos, favorecen el uso de estrategias de afrontamiento encaminadas a la resolución eficaz de problemas, permiten la mejora del estado de salud psicofísica, además de favorecer la respuesta de conductas asertivas ante las diversas situaciones vivenciales (Roldán et al, 2015). En este sentido, aquellas personas que practican mindfulness aprenden a ser más conscientes de sus pensamientos (López-González et al, 2018;Rawlett, Friedmann, y Thomas, 2019), así como de sus sentimientos y sensaciones corporales a medida que avanza la intervención (Duarte y Pingo-Gouveia, 2016), mostrando consigo un mayor bienestar (Barrera-Herrera et al, 2019) y una mejora en lo que respecta a su calidad de vida (Giménez y Tortosa, 2018).…”