“…La primera categoría es la relativa al clima familiar e incluye factores tales cómo las relaciones y los lazos familiares, los estilos educativos parentales o el funcionamiento familiar; la segunda categoría es la implicación educativa parental, que incluye aspectos tales como la provisión familiar de recursos estimuladores del aprendizaje, la participa-ción parental en temas académicos, las actitudes y expectativas educativas de los padres o su cooperación y comunicación con los profesionales educativos. La mayoría de los estudios reconocen la importancia de que el clima del hogar y la implicación educativa parental sean positivos para que el desarrollo general los niños sea correcto, si bien, algunas investigaciones detectan deficiencias en algunos de estos aspectos en los hogares en los que hay niños con DEA o TDAH (Ghazarian y Buehler, 2010;Khan, Haynes, Armstrong y Rohner, 2010). Así, en cuanto al clima familiar, algunos trabajos apuntan a que, en los hogares en los que viven niños con DEA o TDAH, los niveles de estrés familiar suelen ser elevados, la eficacia parental en la crianza de los hijos se reduce y la relación padre-hijo se torna más dificultosa (Cussen, Sciberras, Ukoumunne y Efron, 2012;Foley, 2011;Godsltein, Harvey y Friedmand, 2007;Presentación, Pinto, Meliá y Miranda, 2009;Raya et al, 2008;Schroeder y Kelley, 2009;Theule, Wiener, Rogers y Marton, 2011).…”