“…Conseguir que el diálogo con las máquinas -literalmente-materialice los principios éticos del bienestar social y garantice la democracia, la igualdad, la equidad, la autonomía de elección o la transparencia supone para los académicos un reto, pero también una responsabilidad social, pues a los investigadores y estudiosos les corresponde ofrecer visiones reflexivas y críticas sobre las que entender y atender los efectos de una tecnología que va a cambiarnos la vida (García-Ruiz y Pérez-Escoda, 2020). El desarrollo de la IAR (González, Ortiz y Sánchez, 2020;Terrones, 2020) supone, en este sentido, un comple-mento oportuno e indispensable a lo hasta aquí expuesto. Pese a las limitaciones de la aún escasa producción científica en este campo, este trabajo profundiza en la perspectiva descriptivo-analítica en torno a la personalización de contenidos en las interfaces de voz, imprescindible para alumbrar avances experimentales como los impulsados en medios audiovisuales públicos (Observatorio OI2, 2020), pero también para apoyar las acciones de organismos internacionales preocupados por amortiguar los controvertidos efectos de una mediatización tecnológica que avanza más deprisa de lo esperado.…”