“…Dadas las posibilidades de atender a mayores colaboraciones e interacciones con y entre los estudiantes (Díez-Palomar, 2017) por parte del educador diferencial, consideramos que las limitaciones de recursos al momento de colaborar (Cabezas, 2019;Carty y Marie Farrell, 2018;Chitiyo, 2017;Zagona et al, 2017) y tiempo destinado a ello (Akyuz y Stephan, 2022, Bondie et al, 2019Hedegaard-Soerensen et al, 2017) pueden encontrar un recurso para su resolución en la promoción de la argumentación, dado que esta puede darse aun sin una preparación extremadamente especifica (Pedemonte, 2007). No obstante, es necesario señalar que el "aula hibrida" (Camelo et al, 2017;López et al, 2018;Palacios et al, 2020;Ramos, 2013;Véliz et al, 2020) no se desdibuja del todo en este escenario, siendo aun el docente de educación especial, como señalaban Keefe y Moore (2004) un subsidiario del saber disciplinar del docente de matemáticas.…”