“…Así lo confirman gran parte de las investigaciones sobre drogas y medios de comunicación, al apuntar una correspondencia entre mensajes mediáticos y representaciones hegemónicas y estereotipos sociales dominantes, cuyos textos se caracterizan por una información muy genérica y sin contexto, dominando fuentes informativas de la policía y la justicia (Cfr. Oliva, 1986;García, Menor & Perales, 1987;Costa y Pérez, 1989;Funes, 1991;González, 1992;Ferré & Da Costa, 1993;Frojan et al, 1993Frojan et al, , 1994Gonzebach, 1993;Van Trigt et al, 1995;Bueno et al, 1997;Martín, 1998;Rekalde & Romaní, 2002;Congil et al, 2004;Romaní, 2004;Mastroiani & Noto, 2004;Montané et al, 2005;Acevedo, 2007;García del Castillo et al, 2008;Núnez-Romero, 2010;Núñez et al, 2012;Cunningham et al, 2012;Paricio et al, , 2013Ballesteros et al, 2015;Sznitman & Lewis, 2015, Parra et al (2015; o Santos & Camacho, 2017, por mencionar algunas de las más destacadas).…”