“…En relación con el estilo de apego y la presencia de atracones se confirma nuestra hipótesis. Dichos resultados son acordes con la literatura existente, como confirma García (2019), relaciones de apego seguras, proporcionan un apoyo efectivo y buenas estrategias de autorregulación; en cambio, personas que sufren un estilo de apego inseguro, son propensas a acogerse a los alimentos para poder hacer frente a situaciones estresantes que no son capaces de regular (30). Puede ser que estas personas, como propone Tognarelli (2012), de infantes hayan tenido unos padres incapaces de reconocer los estados de hambre y saciedad del mismo, lo que ha causado que este opte por la comida y los atracones para regular esos estados internos incapaz de reconocer (29).…”