“…Con el objetivo de descontaminar los envases alimentarios, sin afectar a los productos, se propone al PF como técnica alentadora para sustituir las tecnologías y tratamientos convencionales (Chizoba et al, 2017;Kaluwahandi et al, 2020;Mandal et al, 2018;Misra et al, 2011;Munekata et al, 2020;Pankaj et al, 2014;Pankaj y Keener, 2017;Sonawane et al, 2020), especialmente para el material de embalaje sensible a altas temperaturas (Bourke et al, 2018;Mandal et al, 2018;Oh et al, 2016;) (Scholtz et al, 2015), también para mejorar la imprimibilidad, adhesión o antiadhesión, la resistencia a fallos mecánicos (Pankaj et al, 2014), las características de barrera y sellado, reduciendo la pentración de O 2 , CO 2 y vapor de agua (Pan et al, 2019a;Pankaj et al, 2014), y contaminantes no deseables, (Hati et al, 2018). Asímismo, además de los envases comunes, el PF muestra potencial de aplicación en materiales de empaque activos e inteligentes (Pankaj et al, 2014), en películas y recubrimientos comestibles (Mandal et al, 2018;Pankaj y Thomas, 2016;Thirumdas y Sarangapani, 2015).…”