“…a deserción como fenómeno educativo limita los beneficios personales y sociales de la educación, tales como: la mejora de los ingresos de la población, el aumento de la productividad, el fortalecimiento de los procesos democráticos, la disminución de la violencia e inseguridad, entre otros (Guzmán et al, 2021a;Cristia & Pulido, 2020;Chalfin & Deza, 2019;Lance, 2011). En este sentido, este fenómeno se presenta a lo largo de los diversos niveles que componen el sistema educativo, sin embargo, este se agudiza en la denominada educación superior o terciaria (Segovia-García & Said-Hung, 2021;Barbosa-Camargo et al, 2021;Chung & Lee, 2019). Bajo este contexto, los estados han buscado implementar políticas públicas en conjunto con las Instituciones de Educación Superior (IES), para prevenir y mitigar la deserción en este nivel educativo, en el cual se maximizan los beneficios personales y sociales de la educación (Guzmán et al, 2021b;Palacio et al, 2020;McMahon, 2010).…”