“…América Latina se caracteriza así, globalmente, por lo que hemos denominado como un modelo de individuación agéntica o agencial (Martuccelli, 2010;Araujo & Martuccelli, 2014), con innegables declinaciones nacionales: para Chile, Araujo (2009bAraujo ( , 2009cAraujo ( , 2016 y Araujo & Martuccelli (2012); para el Perú, Martuccelli (2015); para Argentina, Di Leo & Camarotti (2013; para Brasil, Setton (2016) y Tarabola (2016); para Colombia, Sánchez Salcedo (2009); para México y la caracterización de este individualismo como "liberal salvaje", cf. Nexos (2010 y 2018), también Vieyra Bahena (2015) y Girola (2016). Este modo de individuación se organiza alrededor de la figura de un individuo concebido como un verdadero híper-actor que no cesa de enfrentar un gran número de retos e imprevistos, muchas veces, sin embargo, apoyándose esencialmente en la movilización de indispensables recursos familiares o comunitarios, en medio de una relativa no asistencia institucional e incluso de una fuerte desconfianza hacia las instituciones, en sociedades marcadas por un conjunto de prácticas clientelistas, de redes, corporativismos, discriminaciones o desigualdades que obstaculizan su afirmación individual.…”