Observar y monitorear cambios glaciares y riesgos relacionados a glaciares constituye un reto dada la rápida velocidad de los cambios ambientales y sociales en regiones montañosas, tal como en los Andes peruanos, y en particular la Cordillera Blanca, con una historia mortífera de aluviones (flujos por desbordes violentos de lagunas glaciares, o GLOFs por sus siglas en inglés) y por avalanchas de hielo y roca. Es crucial analizar estas condiciones dinámicas no solamente por percepción remota, sino también por estudios de campo e investigaciones glaciológicas en el hielo mismo. Sin embargo, con los relativamente pocos investigadores profesionales y los recursos todavía limitados del gobierno peruano, particularmente de su Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) y de la Unidad de
Glaciología y Recursos Hídricos (UGRH), no siempre es posible monitorear y estudiar en detalle todos los dinámicos ambientes glaciales del país. Examinando las prácticas
históricas de actividades que combinaron el montañismo y la glaciología, como el trabajo del Dr. Hans Kinzl en el Perú en las décadas entre 1930 y 1960, y los avances recientes en la ciencia ciudadana, este artículo muestra cómo la combinación del montañismo y la glaciología ha producido información útil acerca de los cambios en glaciares y los peligros relacionados a ellos. Las observaciones e incluso los datos recogidos por la comunidad de montañistas, que incluye escaladores, guías y porteadores, han contribuido a la investigación glaciológica y han diversificado el conocimiento de los glaciares, cuyo resultado final ideal es el aumento y el compartir del conocimiento generado, la ampliación de la conciencia pública, la reducción del riesgo de desastres relacionados con glaciares, y la mejora en el manejo ambiental para ayudar a un amplio rango de grupos interesados.