El consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes representa un problema grave de salud. Su inicio en edades tempranas, es un factor de riesgo para el policonsumo, complicándose la situación para el individuo y su entorno. En Ecuador, el incremento del consumo de tabaco, alcohol y drogas parecen ir en ascenso, a pesar de los programas de prevención y rehabilitación existentes, con el agravante del consumo de polifármacos asociado.
Objetivo: Identificar la relación entre los rasgos de la personalidad y el consumo de sustancias adictivas a través de un test que pueda implementarse para desarrollar un perfil del potencial consumidor.
Metodología: Se realizó un estudio cuanti-cualitativo con 41 adolescentes entre 10 y 19 años, la totalidad de población fue obtenida de los Centros de rehabilitación Casa de la niñez 2, Centro Pumamaqui de Quito y CETAD de Otavalo, se aplicaron los test: Big-Five Factors, Identificación de Desórdenes en el Uso de Alcohol (AUDIT), Identificación de Dependencia de Drogas e Historias de Vida. Se analizaron los resultados con prueba de Fisher y OR.
Resultados: El 100% consume alcohol, 95,1% marihuana y 78% cocaína; entre las razones para el consumo señalan que el 48,8% lo hace para experimentar y 26,8% por diversión. Todos los rasgos se cuantificaron por debajo del promedio, la Estabilidad Emocional y los Acontecimientos Vitales Estresantes presentaron relación estadísticamente significativa con consumo de alcohol y drogas.
Conclusiones: La determinación de rasgos de personalidad y características familiares pueden ser predictivos para el consumo.